La autopsia realizada en
Sevilla solo ha aclarado que Enrique Caño, de 61 años, su esposa, Concepción
Bautista, de 50, y su hija mayor, de 14 años, fallecieron por parada
cardiorrespiratoria, aunque no ha conseguido identificar qué la causó.
El caso
sigue bajo secreto de sumario, pero la principal hipótesis apunta a una
sustancia tóxica que hubiera en la casa y que pudiera haber entrado en contacto
con los alimentos que consumió la familia o que llegara al cuerpo de los
fallecidos por otras vías.
Salud mantiene activada la
alerta sanitaria, pero la consejera descartó que exista riesgo para la
población.
La Junta ha puesto también en marcha el protocolo de alerta en el
sistema sanitario por si los servicios de urgencias o los centros de salud observan
cuadros clínicos similares a los que sufrió la familia afectada, pero, desde el
sábado, no se han atendido casos relevantes.
La respuesta a qué causó las
muertes la darán los análisis microbiológicos y toxicológicos que se están
realizando en Sevilla y en el Instituto Nacional de Toxicología ya que las alteraciones deben estar a nivel neurológico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario